El análisis urinario permite no solamente verificar que la función de los ríñones sea normal, sino también prevenir y diagnosticar otras enfermedades, así como confirmar o descartar un embarazo.
En esta nota conozca todo los detalles de un examen de rutina que puede revelar datos fundamentales sobre su estado de salud.
¿Qué es la orina?
La orina es producida por la filtración de la sangre, que se origina en los ríñones. Un individuo saludable puede producir de 0,5 a 2 litros diarios de orina. Cuando el cuerpo elimina agua de otra manera (sudoración, diarrea, o vómitos), la producción de orina disminuye.
Composición
La orina está compuesta por agua y por un residuo seco, normalmente saluble, formado por:
Las sales minerales cuyos iones son el cloro (de 8 a 15 g por litro), el sodio (de 3 a 4 g/1), el potasio (de 2 a 4 g/l) y el calcio (de 150 a 250 mg); los desechos nitrosos, principalmente la urea (25 g/l), la creatinina (2g/l), y el ácido úrico (0,5 g/l).
Diferentes ácidos: cítrico, láctico, pirúvico, oxálico, así como algunas hormonas suprarrenales y gonádicas, vitaminas y enzimas. También hay proteínas, normalmente en estado residual (no hay dosis, sino sólo algunas huellas). El conjunto del análisis de orina comprende la apreciación de características clínicas (olor, concentración, tonalidad), el estudio al microscopio y el análisis químico.
Que hay que tener en cuenta en un analisis de orina
Albúmina o proteínas.
En un sujeto normal, la eliminación de proteínas en la orina es muy baja. Por esto, en el análisis de laboratorio suele aparecer la frase "ausente " o en pequeñas dosis, lo que indica que el valor es menor de 40 mg. Solamente un defectuoso equilibrio alimenticio o un esfuerzo físico prolongado pueden provocar una proteinuria pasajera. Si ella es superior a 2 g, es signo de un problema renal.
Glucosa
No debemos encontrar glucosa en la orina, aunque solemos encontrarla en forma de rastros en la orina de veinticuatro horas.
Si hay presencia de glucosa en la orina permanente, puede significar una diabetes o una lesión de los conductos renales. Este problema aparece con frecuencia durante el embarazo o en el período de lactancia debido a modificaciones hormonales. Esta alteración no es grave si no está acompañada de otros síntomas y si la tasa de azúcar en sangre es normal.
Acetona
Se produce en el organismo en el curso del metabolismo de las grasas. Normalmente ella genera una serie de transformaciones.
Hay cuatro motivos por los que se puede encontrar restos de acetona en la orina: el ayuno glucídico (falta de azúcar), vómitos prolongados, algunos medicamentos, o las afecciones febriles agudas como la tifodea o el paludismo. En el caso de diabetes, la acetona es el signo premonitorio del coma (aunque hay otros signos que también alertarán al enfermo).
Pigmentos billares
La presencia de pigmentos biliares en la orina indica alteraciones hepáticas o de las vías billiares. Este examen se hace sobre todo para confirmar una ictericia, la enfermedad típica de las abuelas, que se acompaña de una coloración amarilla de la piel y del blanco del ojo. Esta patología no es igual que una hepatitis. Podemos sufrir de una ictericia sin hepatitis y de una hepatitis sin ictericia.
Hematíes: glóbulos rojos
Estos pequeños discos rojos forman parte de la composición sanguínea y pueden detectarse en la orina mediante un análisis al microscopio. Se encuentran menos de 10.000 por mi. Más allá de esta cifra, podemos decir que hay una hematuria. Entre las patologías más frecuentes podemos hallar la cistitis o la uretritis. En el hombre, ésta puede significar un trastorno prostático. La presencia de sangre en la orina puede indicar la existencia de quistes, de cálculos renales o vesiculares. No obstante, serán necesarios otros exámenes para encontrar la causa de la hematuria. Una sobredosis de medicamentos anticoagulantes también pueden provocar este trastorno en la composición de la sangre.
Leucocitos: glóbulos blancos
A la inversa de los hematíes, los leucocitos son los glóbulos blancos, también presentes en la composición química de la orina en pequeñas cantidades (menos de 10.000 por ml). Superando este valor, podemos hablar de una infección o de una inflamación renal.
¿Cuándo se recurre a un análisis de orina?
El médico puede ordenar un análisis como parte de un simple chequeo de rutina. Pero también puede hacerlo por otros motivos.
Búsqueda de una infección urinaria
Se hace gracias a un ECBU (examen cito-bacteriológico urinario). Este examen debe efectuarse antes de concurrir a medidas antibióticas. Se puede decir que hay una infección urinaria si el número de gérmenes es superior a 100.000 por mililitro y cuando hay glóbulos blancos en igual cantidad. Cuando el germen responsable es identificado, sólo resta definir qué antibiótico será el más efectivo.
Antibiograma
Es común que el médico pida este examen en caso de verificar una infección severa. El análisis permite saber qué antibióticos son capaces de matar los gérmenes presentes en la orina.
Test de embarazo
Este análisis de orina determina si la mujer está encinta o no.
Ya no se hace a través de sapos y conejos. Ha sido reemplazado por un test inmunológico que consiste en detectar la presencia o no de una sustancia específica presente durante el embarazo: las gonadorfinas coriónicas. Si la presencia de estas sustancias es puesta en evidencia, la reacción será positiva, y el diagnóstico el de un embarazo.
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