La sudoración acompaña a una persona durante toda su vida. En condiciones normales, su función es termorreguladora; sin embargo, en algunos casos, la cantidad de sudor que se produce es muchísimo mayor en áreas anatómicas concretas, lo que supone un problema para algunos pacientes. Se trata de la híperhidrosis, un proceso que hoy en día puede solucionarse con un tratamiento personalizado que, en muchas ocasiones, "les cambia la vida a las personas que lo padecen", explica el doctor Agustín España, director del departamento de Dermatología de la Clínica Universitaria de Navarra.
La sudoración es un proceso fisiológico que permite regular nuestra temperatura interna. Ha-bitualmente, el sudor se produce continuamente, sobre todo en axilas, manos y pies. En ocasiones, ante ciertos estímulos, bien térmicos o emocionales, la sudoración puede incrementarse de forma importante, algo que, con frecuencia, condiciona la vida de algunas personas al tener la sensación de mojar su ropa constantemente.
Así, la hiperhidrosis puede constituir una enfermedad en los casos en los que condiciona de forma importante la vida del paciente, sus relaciones sociales o su profesión. El límite entre la enfermedad y lo fisiológico es difícil de establecer, y depende de cómo perciba el paciente esa situación -señala el especialista-, quien recalca que a las personas cada vez les incomoda más la hipersudo-ración y por eso es hoy en día un motivo de consulta frecuente.
Dada la diversidad de las causas, fisiológicas, psicológicas o patológicas, existen diferentes tipos de hiperhidrosis. Es necesario un estudio detallado e individualizado de cada paciente para ofrecerle el tratamiento más adecuado. Se trata, por tanto, de una afección que es necesario abordar desde un punto de vista multidisciplinar.
Por este motivo, la Clínica Universitaria de Navarra ha creado una unidad dedicada al tratamiento de la hiperhidrosis y el rubor facial, integrada por especialistas de Dermatología, Psicología Clínica y Cirugía Torácica. En concreto, los especialistas que constituyen la nueva unidad son el doctor Agustín España, director de Dermatología, la doctora Francisca Lahortiga, especialista en Psicología Clínica, y el doctor Carlos García Franco, especialista en Cirugía Torácica.
Diagnostico y tratamiento de la hiperhidrosis
Los especialistas comenzarían por un estudio dermatológico y psicológico que, en caso de no ofrecer resultados eficaces, se sustituiría por un abordaje de tipo psiquiátrico, con medicación ansiolítica y antidepresiva. Para los casos más severos puede valorarse el tratamiento mediante cirugía. La indicación quirúrgica debe dictaminarla el cirujano, ya que no todos los pacientes son operables. Por ejemplo, puede haber sudores de manos o de axilas que puedan corregirse con un tratamiento dermatológico consistente en inyectar en la zona afectada toxina botulínica. Según el facultativo, el tratamiento quirúrgico se reserva para aquellos casos más limitantes, en los que el resto de los procedimientos han fracasado.
En los pacientes operados de hiperhidrosis puede producirse posteriormente un efecto de sudoración compensatoria, por el que la hipersudoración se traslada a otras áreas del cuerpo en las que el trastorno resulta menos limitante. No obstante, en torno al 80 por ciento de los enfermos intervenidos manifiestan estar satisfechos con los resultados del tratamiento quirúrgico. En el caso de la hipersudoración de las manos, la eficacia supera el 95 por ciento de los pacientes intervenidos, subraya el doctor García Franco.
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