Debemos tener en cuenta que la piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo, regulando la temperatura corporal (a través de la sudoración) y protegiéndonos frente a agresiones externas (traumatismos físicos, infecciones, radiación solar). Por nuestra ubicación geográfica estamos enfrentados a bajas concentraciones de ozono en la atmósfera (agujero de ozono).
La capa de ozono nos protege de los rayos ultravioletas (UV) solares de los cuales los UBV y los UVA, son los más dañinos para la piel. Los daños provocados van desde efectos molestos transitorios hasta enfermedades graves, siendo las pieles menos pigmentadas las más sensibles a estos daños. Los niños se encuentran más expuestos que los adultos a la luz solar generando daño acumulativo por lo que es fundamental la fotoprotección desde la infancia.
Como protegerse de la exposición solar
Para lograr una fotoprotección adecuada es conveniente:
- Evitar exposición prolongada al sol, ya sea por trabajo, deporte o diversión, entre las 11 y las 16 horas, ya que en ese horario la radiación UVB es más intensa.
- Cubrir las zonas expuestas y utilizar lentes con filtro para radiación UVB y UVA.
- Usar protectores bloqueadores de los rayos UVB y UVA con factor acorde a cada piel.
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