Calzado inadecuado, medias de fibras sintéticas, humedad y factores hereditarios suelen ser enemigos declarados de los pies, esa zona del cuerpo que generalmente recordamos cuando la incomodidad o el dolor nos avisan que algo anda mal.
Las afecciones más frecuentes que se producen en los pies son las deformaciones y las micosis. Las deformaciones de los pies pueden adquirirse a lo largo de la vida o bien ser hereditarias. Algunas de las deformaciones adquiridas más frecuentes son: uñas encarnadas, juanetes, dedos en forma de martillo o garra y deformación del dedo meñique.
Estas deformaciones pueden corregirse o tratarse mediante terapias que se basan fundamentalmente en el uso de siliconas, geles o polímeros siliconados. La aplicación de estos productos dan como resultado una descarga o corrección del problema. El juanete, una de las deformaciones que más preocupan a hombres y mujeres, puede tratarse con estas terapias y solucionarse por completo cuando el caso es incipiente y afecta a jóvenes que no han cumplido aún los dieciocho años.
Como evitar afecciones en los pies
Micosis de piel y de uñas
Entre las micosis podemos señalar dos tipos diferentes: por un lado las profundas, que se producen generalmente por factores endémicos y suelen darse con más frecuencia en adultos que en niños,- por el otro, las superficiales, que se localizan en la epidermis, son casi siempre contagiosas, atacan piel, uñas y pelos y necesitan humedad para su desarrollo.
Dentro del grupo de las micosis superficiales podemos destacar la onicomicosis, una afección crónica de las uñas que se da generalmente en los adultos y que se reconoce por los cambios en la coloración de las uñas, hipertrofia y engrosamiento de las mismas. Algunos de los factores que podemos señalar como desencadenantes de la onicomicosis son: el uso de calzado inadecuado, medias ajustadas o sintéticas, trastornos circulatorios, medicación inmunodepresora, diabetes o herencia, entre otros.
Otra micosis de aparición frecuente es la dermatitis de contacto, que se produce como consecuencia de la acción que ejerce un calzado en contacto con la piel del pie. Se presenta como un enrojecimiento de la piel, donde generalmente queda marcada la forma del calzado. Otras micosis pueden afectar los espacios ubicados entremedio o debajo de los dedos produciendo descamaciones en esas zonas del pie.
Más vale prevenir que curar
En general prevenir es mucho más fácil y menos costoso que curar. Además, existen innumerables situaciones que podrían evitarse con un mínimo de atención. En el caso de los pies se trata de nociones básicas de higiene o cuidado a la hora de elegir un calzado adecuado o una media. En invierno deben usarse medias de toalla o algodón y en verano de hilo. Es preferible no usar medias de nylon, pero si por alguna razón no puede evitarlas trate de elegir colores naturales, ya que las tintas oscuras pueden producir alergias.
El uso del calzado inadecuado para la época también trae consecuencias no deseadas. Usar continuamente borceguíes o zapatillas producirá excesiva sudoración en sus pies. En general se recomienda usar zapatos cerrados exclusivamente en invierno y aun en esta estación del año deben alternarse distintos tipos de calzado, ya que el uso continuo de los mismos puede producir dermatitis por contacto. Bajo ningún punto de vista use zapatillas sin medias.
Siempre que elija un zapato cerrado controle que corresponda con su medida (calcule que el pie se estira medio centímetro en cada pisada), prefiera los de cueros blandos, capellada alta y no muy finos y con un taco de alrededor de 3 centímetros. En verano se recomienda usar zapatos de colores claros. Si se va de vacaciones al mar proteja la piel del pie con cremas humectantes ya que la sal y el yodo la resecan excesivamente. Además evite el uso prolongado de ojotas plásticas o de goma. Si decide realizar por su cuenta el corte y esmaltado de sus uñas, tenga cuidado de no cortarlas demasiado, no sacar las cutículas y no realizar cortes que lesionen los bordes de la piel. Cuando esmalte sus uñas elija un brillo suave o lacas antimicóticas (además de darles color protegen a la uña de las micosis) dado que existen esmaltes que pueden mancharlas definitivamente.
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